Se acercan nuestras adoradas y también temidas vacaciones. Adoradas porque por fin tendremos ese maravilloso descanso que tanto nos merecemos. Temidas porque, si queremos viajar, los gastos se disparan.
Pero no siempre tiene que ser una ruina. Hay algunos trucos que podemos seguir para viajar más barato. Solo necesitaremos organizarnos un poco y no cerrarnos en banda a nuevas experiencias si queremos reducir drásticamente el presupuesto.

El presupuesto final solo vosotros lo sabéis y, en función de este, podéis ir viendo hasta qué punto queréis abaratar costes y en qué.
Por el momento, aquí os dejamos algunos de los consejos que se nos han ocurrido. Y como siempre, también estaremos encantados de conocer vuestras propuestas.
Trucos para viajar más barato
1. Elegir bien la fecha del viaje
Todos lo sabemos pero aun así muchas veces acabamos cayendo en este “error”. En los meses de verano -julio y agosto- y las fechas señalas como Navidad y Semana Santa viajar es más caro. Solo con evitar estas épocas ya podemos ahorrarnos un buen pico en vuelos, alojamientos, actividades…
Ahora, si se trata de buscar el más barato todavía, según un estudio realizado por Skycanner analizando los precios durante 3 años, los meses más baratos para volar son mayo y noviembre.
También influirá mucho viajar en la temporada alta o baja de nuestro destino. No es lo mismo viajar a Aspen en febrero, que estarán plena temporada alta por el esquí, que en abril o mayo.
Lo ideal para reducir costes es informarse bien de cuándo son las temporadas alta y baja del destino deseado. También debemos evitar la celebración de algún evento importante o fiestas locales, como los carnavales en Rio de Janeiro o la Mobile Week en Barcelona, porque los precios se dispararán.

2. El momento de compra también es decisivo
Aunque los chollos u ofertas de última hora pueden llegar en cualquier momento, lo cierto es que hay ciertos días de la semana, e incluso horas del día, en los que los vuelos son más baratos.
Para empezar, hay que evitar comprar vuelos en fin de semana (incluido viernes) o en días festivos porque los precios suben.
El día para comprar más barato suele ser el martes y para concretar aún más, un estudio realizado por el Wall Street Journal, durante el cual analizaron el comportamiento de 30 aerolíneas, determinó que la mejor hora del día para comprar billetes es a las 15:00 horas (hora local desde donde vayas a realizar la compra).
¿Y con cuánta antelación debemos comprar el vuelo? Eso depende. Según Skyscanner, lo ideal es comprarlos con 7 semanas de antelación cuando son vuelos de corta distancia y con entre 5 y 7 meses de antelación para vuelos de larga distancia.
Por último, buscar aeropuertos cercanos que no sean el principal de una capital, por ejemplo, también puede suponer un ahorro de dinero extra.
3. Trucos tech
Para empezar, una cosa muy sencilla que podemos hacer para evitar que nos suban los precios de los vuelos es hacer la búsqueda desde una ventana de incógnito de nuestro navegador.
De esta forma, no podrán “cazar” nuestras preferencias y ver que estamos interesados en un producto concreto, lo que hace que nos acaben mostrando un precio más elevado. No es magia negra ni son cuentos chinos, es nuestra realidad a día de hoy.
Por otro lado, también hay páginas web y/o aplicaciones que pueden ayudarnos a la hora de conseguir vuelos baratos.
Hopper es una aplicación móvil (también página web) gratuita que analiza los vuelos del mercado para predecir cómo variarán los precios y así saber cuándo es mejor comprar.
Y nuestra gran recomendación, Skyscanner, buscador de vuelos baratos que permite buscar por meses completos para ver fácilmente el precio más económico e incluso filtrar por las fechas más baratas, entre otras opciones.
4. Vuelos con escalas o stopover
Incluso teniendo la opción de realizar un vuelo directo a destino, en los viajes de larga distancia suele salir más económico si se hace alguna escala.
Puede parecer un inconveniente, por llegar más tarde al destino, pero en el fondo puede ser incluso un alivio para estirar las piernas, caminar un poco aunque sea por el aeropuerto y sentirse menos encerrado durante un rato.

Otra opción son los stopover, escalas de larga duración que en los vuelos de larga distancia son de un mínimo de 24 horas y pueden ser de hasta varios días.
Algunas compañías aéreas los ofrecen gratis e incluso hay casos en los que lo incentivan con descuentos en lugares de interés de la ciudad en la que se realice la escala o incluso en hoteles.
Pero no todas ofrecen esta opción y tampoco se ofrece con todas las tarifas. Para saberlo tendréis que revisar las condiciones de tarifa (Fare Rules).
Es una forma perfecta de aprovechar la escala para completar el viaje conociendo un destino más.
5. Afiliarse a los programas de puntos y newsletters
Muchas aerolíneas o agencias de viajes y reservas tienen programas de puntos para clientes que ofrecen descuentos o incluso pueden llegar a conseguirse vuelos gratis (aunque prácticamente siempre, si no siempre, pagando las tasas).
También es interesante suscribirse a las newsletter de las diferentes compañías para enterarnos de los primeros de las ofertas que lancen.

6. Alojamientos baratos e incluso gratis
Por supuesto que un buen hotel y sus comodidades se agradecen mucho. ¿Pero son imprescindibles para nuestro viaje?
Si no es una de vuestras prioridades, existen otras alternativas como Airbnb, Hostels (usados sobre todo por gente joven) y una de nuestras opciones favoritas si es un viaje de natura, ¡la acampada! (debemos informarnos previamente sobre la regulación de acampada en destino).
Pero hay otra opción quizá menos conocida, Couchsurfing. Esta plataforma, que a muy grandes rasgos podría decirse que es similar a un Airbnb, lo que ofrece es la posibilidad de dormir gratuitamente en casa del anfitrión.
En ocasiones ponen a disposición del “invitado/a” un sofá, en otras incluso se puede llegar a disfrutar de habitación propia con un poco de suerte.
Lo mejor de esta alternativa es que, además de ofrecer alojamientos gratis por todo el mundo, permite convivir con gente local y lo que ellos/as puedan aportarnos no lo encontraremos en otro lugar.
Desde el COVID, para poder subsistir, la plataforma ha tenido que recurrir a un pago por suscripción (1,99 euros/mes o 13,99 euros/año). Lo que no es nada comparado con todo lo que ofrecen.
Puede que no sea una opción apta para todo el mundo ni para todo tipo de viajero, pero es una experiencia que vale la pena vivir.
7. Fijar un presupuesto diario y controlar el cambio de divisa
Una parte de nuestro presupuesto puede irse directamente sin hacer nada por el cambio de divisa. Como norma general, tened en cuenta que los aeropuertos suelen ser los sitios más caros en los que cambiar divisa y las casas de cambio del país de destino la opción más económica.
Además, también es importante informarse de las comisiones o tasas que podemos tener por usar nuestras tarjetas y por sacar dinero en los cajeros de nuestro destino.
De todas, formas, aunque no nos cobren ninguna comisión extra por el pago con tarjeta, es conveniente llevar dinero en metálico porque siempre podemos encontrarnos con un local en el que no acepten tarjetas, especialmente en algunos destinos. También puede ocurrir al revés, hay países en los que está tan extendido el uso de tarjeta que hay locales que no aceptan efectivo. Dinamarca es un ejemplo de ello, y también pasa cada vez más en Japón.
Por último, calcular y proponerse un presupuesto diario puede ser de gran ayuda para no descontrolar con los gastos, algo que puede pasar muy fácilmente con la emoción de las vacaciones.
8. Ahorrar en transporte y visitas

Comprando las entradas de los lugares que queramos visitar con antelación también podremos ahorrar algo de dinero. Aunque podría surgir algún imprevisto que no nos permita disfrutar de la actividad, no es algo que suela ocurrir.
Como también ahorraremos si hacemos uso del transporte público de nuestro destino en lugar de recurrir a visitas organizadas o buses turísticos.
Para viajar por el país, estará bien informarse con antelación de los diferentes programas de transporte que puedan tener y comprarlos incluso antes de salir.
En Suiza, por ejemplo, está el Swiss Travel Pass -que ya os dimos a conocer este invierno- y en Japón el Japan Rail Pass (JR Pass). Pero seguro que no son las únicas opciones del mundo.
9. Planificar bien el equipaje
En primer lugar, para no ir cargados con más peso y equipaje del necesario, lo que también puede suponer un incremento del gasto en facturación de maletas. ¿Si podemos viajar con una bolsa de mano, para qué pagar equipaje extra? Y si tenemos suficiente con una maleta de 10 kg, ¿para qué pagar 22 kg?
Por otro lado, porque si nos dejamos algo importante en casa tendremos que comprarlo en nuestro destino, lo que ya supone un gasto extra con el que no contábamos.

Por último, siempre es mejor medir y pesar las bosas/maletas antes de salir, para asegurarnos de que cumplimos con los requisitos de equipaje que hayamos contratado. Especialmente en la vuelta, pues casi con toda seguridad volveremos más cargados.
10. Comer bien de precio
Como ocurre con los hoteles, a nadie le amarga un dulce y menos una buena comida. Pero comer y cenar de restaurante cada día se llevará una parte importante de nuestro presupuesto.
Pero tampoco es necesario recurrir a las grandes cadenas de restauración, que ya sabemos que ofrecen comida barata pero no nos permitirán saborear la gastronomía de la zona.
Como norma, la mejor forma de comer bien de precio degustando los sabores locales es optando por la comida callejera. Es cierto que aquí en España no estamos muy acostumbrados, no se lleva mucho, pero sí está extendido por gran cantidad de países del mundo.
Una recomendación es echar un vistazo a blogs o canales de Youtube de gente que vive en la zona, suelen dar ideas muy buenas ideas.
11. Wifi o tarjeta SIM
Hacer llamadas y, sobre todo, el uso de datos móviles en un país con el que nuestra compañía no tenga acuerdo (dentro de la Unión Europea no suele haber problemas y tenemos un mínimo de datos móviles incluidos), puede acabar en una factura que nos provoque un infarto.
Para evitarlo, tened la precaución de desactivar los datos móviles ya antes de salir del aeropuerto de origen, o cuando lleguéis a vuestro destino y quitéis el modo avión os puede entrar una avalancha de whatsapps.
Y por otro lado, buscad algo de información porque en muchos lugares existe la opción de comprar desde aquí una tarjeta SIM o dispositivo Wifi que podemos llevar con nosotros y así seguir conectados durante todo el viaje y sin sustos en la factura.