Un año mucho peor de lo que esperábamos

Un año mucho peor de lo que esperábamos

Hoy hace un año del primer estado de alarma. Ha pasado bastante rápido, y más teniendo en cuenta las condiciones en las que hemos vivido durante todos estos días. Pero por el camino ha dejado un reguero de desgracia y miseria. Una pena. Por suerte, un año después, parece que empezamos a ver el final del túnel.

Echando la vista atrás, escasos días antes de que se parara todo, nos encontrábamos en pleno test de la revista. La cosa pintaba mal, pero nada presagiaba lo que vino después. Y con la ventaja que da el tiempo pasado, ya podemos ver que a algunos les ha tocado más que a otros. Y uno de ellos es el sector de la nieve.

La nieve parecía que iba a quedar inmune. Estábamos en marzo, con la temporada prácticamente concluida y quedaban muchos meses hasta la próxima. Es un deporte al aire libre y seguro que se podría hacer algo para poder empezar en condiciones de seguridad. No iba a ser fácil, pero algo se podría hacer. Qué ilusos los que pensábamos esto. Ha sido un año doblemente malo para el sector. Por un lado, porque no se ha obligado a las estaciones a cerrar, dando unas ayudas absolutamente pírricas. Pero a la vez, cierres perimetrales, comarcales y hasta municipales hacían en la práctica imposible poder subir a esquiar. Solo aquellos que compiten han podido disfrutar de unas pistas prácticamente vacías. Pero nadie vive de los pocos que se dedican a competir todos los fines de semana.

Se necesitaba mucho más y no ha llegado. Decisiones que han sido tomadas en plan generalista, y que, cuando no hay ayudas para casi nadie, quizás había que guardar el hacha y sacar el bisturí. Porque somos muchos los que no acabamos de entender muchas de las medidas tomadas. Y las cosas hay que hacerlas bien pero también tiene que parecerlo.

A estas alturas, ya no se espera nada. Una temporada absolutamente en blanco para un sector pequeño en comparación con cualquier industria de las importantes y a esperar al próximo año. Pero está claro que quedarán muchas secuelas. Tiendas que no han vendido nada y que para la próxima temporada no pedirán cosas nuevas, negocios que viven de las estaciones que no han visto entrar a un solo cliente y, por supuesto, las estaciones de esquí, que han visto como sus clientes se esfumaban.

Ahora se puede hacer algo en ciertas zonas. Y seguro que si en verano se vuelve a abrir el grifo completamente, que se abrirá, para el sector de la nieve ya no supondrá nada. Es el problema de la estacionalidad, que o se está cuando toca o a esperar un año más. En fin, muchos ánimos a todos, que los necesitáis.

Y a los esquiadores, es momento de pensar en que la temporada que viene será una gran temporada porque podremos esquiar. Y por ello, piensa en invertir en tu deporte. Tomar esas clases que no has podido, cambiar esos esquís o botas, renovar el anorak,... cualquier cosa te hará disfrutar más. Y de paso, servirá para echar una mano al sector.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...