La historia que os traigo hoy es la de dos hermanos que empezaron dedicándose al esquí, llegando a un gran nivel, para acabar dedicándose a otra cosa, también al nivel más alto. Los hermanos son Molly y Jeremy Bloom. Hasta aquí poca cosa, pero el caso de Molly se hizo mundialmente conocido porque es la «protagonista» de la película que lleva su nombre, Molly’s Game, que cuenta su vida, desde que empezó como esquiadora de baches del equipo americano, llegando a ser la tercera de su país y cómo una lesión la hace dejar el deporte hasta acabar montando partidas de poker ilegales para las élites de Hollywood.
Pero tras la sombra de Molly está Jeremy, su hermano, que también era un gran esquiador de baches, disciplina en la que llegó a ser el mejor del mundo, llegando a ganar una medalla de oro, una de plata y una de bronce en mundiales, pero en paralelo era jugador de fútbol en la Universidad de Boulder, donde también destacaba, llegando a marcar algunos récords. Pero las normas de la NCAA le impedían competir en los dos deportes, por lo que tuvo que abandonar el fútbol universitario para continuar su carrera de esquiador de baches. Tras los JJOO de Torino, decide dejar el esquí e intenta reconducir su carrera al fútbol americano, para lo que se inscribe en la NFL Scouting Combine, evento en el que futbolistas universitarios realizan pruebas frente a seleccionadores y donde Jeremy logró llamar la atención y entró en el Draft de la NFL, algo que nunca ha logrado ningún esquiador. Su carrera en la NFL no fue brillante, pero jugó en los Philadelphia Eagles y los Pittsburgh Steelers. Seguro que si no hubiera tenido que acortar su carrera universitaria dos años, habría dado algo más que hablar. De hecho, desde entonces, la norma de la NCAA ha cambiado y ya permite dedicarse a más de un deporte. En la actualidad es CEO de Integrate, una compañía de marketing.


El caso de estos dos hermanos nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Es posible ser muy bueno en dos disciplinas que no tienen nada que ver? Hay muy pocos deportistas capaces de cambiar de registro y mantener un gran nivel. En los pasados JJOO de PyeongChang la checa Ester Ledecká demostró al mundo que juega en otra liga, ganando el oro del Super-G en esquí alpino y el slalom gigante paralelo en snowboard, es decir, dos disciplinas distintas y a la vez. Se trata de una proeza que difícilmente volveremos a ver. Pero no son casos únicos, ya que hay incluso deportistas que han ganado medallas en Juegos de verano y de invierno. pero no todos pueden decir que son protagonistas de una película… Veremos si el bueno de Usain Bolt triunfa en su equipo de fútbol en Australia y seguro que también dará para una película.
¡Alucinante! No conocía la historia. Eres una enciclopedia.
Cómo dice Álvaro, ¿hay algo que no sepas?? 😉