El deshielo de los glaciares es un problema comprobado, podéis ver un estudio publicado en el portal especializado nature.com, que está afectando a nivel global, aunque siempre hay zonas que se pueden ver más o menos afectada.
La cuestión es, a grandes rasgos, que desde 1961 se han perdido más de 9.625 gigatoneladas de hielo. Para que sea más fácil hacerse una idea de qué volúmenes hablamos, sería el equivalente a perder, cada año, el hielo que cubre los Alpes.

Como refleja el estudio, arrastramos esta situación desde hace décadas, por eso no fue extraño que el macroproyecto de unión de las estaciones de esquí Pitztal y Sölden en el Tirol (Austria), dado a conocer en 2016, quedase en suspenso en 2019. No fue sin cierta polémica, especialmente por la imagen que acompaña esta portada y que en su día fue objeto de «fake news» pues se dijo que estaban destruyendo el glaciar cuando realmente se trataba de labores de prevención rellenando grietas del glaciar.
Pero este ha vuelto a ocupar titulares especialmente en medios de las zonas circundantes, aunque también en otros medios internacionales como el conocido Daily Telegraph (DT).
El proyecto, que ocuparía una superficie de unas 64 hectáreas (equivalente a unos 90 campos de fútbol), contempla la instalación de 3 remontes (2 teleféricos y una góndola con un total de 5 tramos), 1 estanque de almacenamiento de agua para la producción de nieve y 1 un túnel de 614 m de Sölden a Karlesferner además de otras infraestructuras como bares y restaurantes
Un proyecto que sigue latente
El pasado viernes, miles de personas se manifestaban en Innsbruck en contra del proyecto, una posición respecto al plan de unión Pitztal y Sölden que también quedaba reflejada en una petición con más de 168.000 firmas en contra que se entregó al gobierno estatal de Tirol.
Gerd Estermann, organizador de la petición, aseguraba en declaraciones recogidas en el Daily Telegraph que “por solo cinco pistas de esquí adicionales, los operadores de estaciones de esquí quieren bloquear tres glaciares vírgenes. Al hacerlo, están destruyendo el paisaje natural alpino único, que ya está amenazado por el calentamiento global. Eso es negligente y queremos evitarlo”.
Una acción que se llevó a cabo porque el proyecto no está muerto y enterrado, sino paralizado.
A principios de 2020 se tendría que haber hecho una valoración medioambiental, pero fue pospuesta, en parte porque algunos de los documentos ya no se corresponden con la realidad actual.
Por su parte, el director de Bergbahnen Sölden, Jakob Falkner, aún cree que el proyecto podría llevarse a cabo. Sin embargo, explica que la decisión de seguir adelante también está en manos de Pitztaler Bergbahnen, de quien no tiene respuesta sobre su posición.
En declaraciones durante una rueda de prensa celebrada tras una reciento reunión del gubernamental en Innsbruck, Falkner declaraba que si Pitztal está a favor el proyecto “probablemente continuará” mientras que si se muestra en contra -el proyecto- moriría.
Falkner explica que ponen los deseos del cliente en primera posición y remarca que, según unas encuestas que realizaron en Austria, los ciudadanos dijeron que lo más importante es la seguridad en la nieve, seguido del tamaño del área de esquí y la modernidad de las instalaciones. También destacaba que hay que pensar en las próximas generaciones y no siempre en el “clima, clima, clima”.
Sin embargo, las más de 150.000 firmas recogidas por Estermann parecen decir lo contrario.

Una moratoria de 5 años
Además de este proyecto, en mayo el parlamento del Tirol también debatirá sobre la expansión y fusión de áreas de esquí -en general, no este proyecto en particular- ya que lista opositora Fritz presentó una moción de moratoria de 5 años a la que otorgaron carácter de urgencia. Además, piden una modificación del programa tirolés de teleféricos y zonas de esquí que vence en 2023.
Estermann, quien apoya la moratoria, cree que “ha llegado el momento de un descanso”, teniendo en cuenta que el Tirol tienen cerca de 90 estaciones de esquí y más de 1000 remontes.
Y destaca la importancia de proteger los glaciares y que no se permita desarrollar las estaciones más allá de los límites definidos, no solo por proteger el hielo de los glaciares, sino también los paisajes alpinos per se lo que por otro lado, cree que no debe estar reñido con el “desarrollo cualitativo” de las áreas de esquí.