Verdades y mentiras sobre los rayos y las tormentas

Verdades y mentiras sobre los rayos y las tormentas

Posiblemente desde que el ser humano empezó a tener conciencia, las tormentas han suscitado miedos y dado lugar a diferentes mitos y leyendas a lo largo de la historia.

Hoy en día quizá ya no somos tan vulnerables a creer en castigos divinos, pero sí seguimos expuestos a creencias populares que podrían llevarnos por el mal camino a la hora de ponernos a salvo.

De todo aquello que hemos oído a algún amigo, a nuestros padres o nuestros abuelos… ¿Qué es verdad y qué es mentira sobre los rayos y las tormentas? ¡Vamos a verlo!

Pero ya os adelantamos que tradicionalmente no hemos estado muy bien aconsejados. Por suerte, un amplio porcentaje de la población ya es consciente de ello. Aun así, no está mal revisar nuestros conocimientos.

Verdades y mentiras sobre los rayos y las tormentas

FALSO: Lo cierto es más bien todo lo contrario, es bastante habitual que impacten varias veces en un mismo sitio, especialmente si es un objeto alto, puntiagudo y apartado. ¡Por eso existen los pararrayos! Para provocar que el rayo vaya hacia ellos y que así haya menos riesgo de que impacto sobre personas, por ejemplo.

FALSO: Como ya vimos en los "consejos para reducir riesgos en caso de tormenta, podemos ser alcanzados por un rayo incluso aunque encima tengamos un precioso cielo azul y la tormenta esté a kilómetros.

VERDADERO: Sí, el coche (furgoneta, camper…) es uno de los lugares más seguros en los que nos podemos refugiar, pero respetando unas reglas muy sencillas: no tocar ningún elemento metálico del vehículo, apagar la radio y mantener las ventanas cerradas. Si estamos circulando, hacerlo con mayor precaución pues de ser alcanzado por un rayo podría sufrir un reventón de neumáticos.

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FALSO: El cuerpo humano no almacena electricidad, así que es completamente seguro tocar y socorrer a una persona alcanzada por un rayo.

FALSO: Sería una de las últimas opciones en caso de no tener ninguna otra solución y solo podemos intentar mantenernos lo más secos posible. En este caso tan extremos, sería mejor buscar un grupo de árboles bajos y ponernos de cuclillas, con los talones juntos y haciendo que el único contacto con el suelo sea la suela de nuestro calzado.

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VERDADERO: Pero aun así, como en el caso de un coche, hay que tener ciertas precauciones: no usar objetos conectados a la corriente, cerrar y alejarnos de puertas y ventanas, no usar el teléfono fijo y evitar el contacto con agua.

FALSO: Como decíamos al principio, un rayo puede alcanzarnos aunque la tormenta esté a kilómetros. Por eso, desde el momento que seamos conscientes de que se aproxima una tormenta deberíamos ponernos a resguardo.

FALSO: De hecho, de esta forma lo que conseguimos es aumentar las posibilidades de recibir la corriente que viaja por el suelo. Debemos seguir buscando un refugio los más seguro posible, evitando estar completamente expuestos. De estar igualmente a la intemperie, deberemos ponernos en cuclillas como explicábamos más arriba.

FALSO: Los aviones ya están diseñados para que el impacto de un rayo no afecte a su seguridad ya que su cuerpo metálico actúa como una “jaula de Faraday”, manteniendo el interior con un campo eléctrico cero. Aun así, evitan atravesar zonas de tormentas para reducir al máximo los riesgos.

Si queréis saber más sobre los peligros de las tormentas y cómo reducirlos, consultad nuestro artículo "consejos para reducir riesgos en caso de tormenta eléctrica".

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