Debo reconocer que, después de haber tenido la oportunidad de introducirme en el esquí de velocidad con el Proyecto KL de Solo Nieve, me he quedado enganchada a este deporte.
Ya me atrajo desde el principio, no en vano fui yo quien tuvo la alocada idea de sacarlo adelante, pero cuando pude ir a Vars y probarlo de verdad… ¡Aquello fue como tocar el cielo! ¿¡Cómo no lo había hecho antes?!
Pero no soy ningún bicho raro. Quizá algunos llevamos nuestra pasión por los subidones de adrenalina un poco más lejos, pero tampoco es extraño que los amantes del esquí también lo seamos de la velocidad y las emociones fuertes.
No olvidemos que el esquí, también en la disciplina de
alpino, freeride, freeski, etc… es un deporte de riesgo, ¡y todos los que
estamos aquí lo amamos!
Ahora que estamos todos en casa, como gatos encerrados buscando maneras de entretenernos… He decidido traeros algunos de los vídeos más impresionantes de esquí de velocidad que he encontrado.
Poned el sonido, sobre todo en el primer vídeo. Aquí veréis una bajada, con GoPro al hombro, en Grandvalira. Prestad atención al audio, al aire… Y eso que esta ocasión Ricardo Adarraga “solo” va a 190 km/h (su récord está en 240,642 km/h).
Sin palabras nos dejó el vídeo de la espectacular salvada de Simone Origone, y que ya os mostramos en su día. ¡Cuesta creer que no se partiera en dos!
Juanki, compañero de Ricardo en el equipo RFEDI, tuvo un fuerte susto en 2018 con una caída a más de 200 km/h. Por suerte, en el vídeo también podemos ver cómo se levanta por sus propios medios.
El análisis de Simon Billy viendo el vídeo de su caída en Vars, tomando la salida desde el punto de 245 km/h, os dejará sin aliento.
Por supuesto, entre los vídeos más impresionantes de esquí de velocidad no podemos dejarnos las dos bajadas de récord (femenina y masculina) de Valentina Greggio (247,038 km/h) e Iván Origone (254,958 km/h).
Eso sí, debéis saber que, si ver los vídeos de las caídas impacta, no es nada comparado con la sensación que os queda cuando ellos os hablan de sus caídas. Cuando los tienes delante y ves hasta qué punto afecta psicológicamente una caída como esa es cuando realmente te das cuenta de lo extremo que es este deporte.
Ahora bien, lejos de generar miedo (al menos a mí), hace que
crezca aún más mi respeto por este deporte y las ganas de seguir conociéndolo y
practicándolo.